Tipos de liderazgo empresarial y cuál conviene a tu empresa

Qué es el liderazgo empresarial

El liderazgo empresarial se refiere a la habilidad para dirigir, influir, guiar y motivar a los empleados de una organización. El liderazgo suele ser desempeñado por el líder de la compañía o de algún departamento particular.

El propósito del líder empresarial es influir de manera positiva en los trabajadores, de modo que estos puedan tener un desempeño mayor para así alcanzar los objetivos establecidos con mayor facilidad.

Hasta este punto, queda muy claro que existe una gran diferencia entre “ser un jefe” y “ser un líder”. Mientras que el jefe utiliza su cargo para imponer sus ideas y opiniones sobre los empleados, el líder utiliza sus conocimientos, su experiencia y su ejemplo para influir en su equipo de trabajo.

Las estructuras organizacionales tradicionales prefieren la figura del jefe porque les permite tener mayor control de decisión sobre los procesos, las decisiones y los empleados; pero a costa de afectar el bienestar y la productividad de los empleados.

En cambio, las estructuras organizacionales más modernas optan por los nuevos modelos de liderazgo porque facilitan la comunicación interna, aumentan el potencial de los empleados y potencian la escalabilidad de la empresa.

Veamos ahora los tipos de liderazgo empresarial que existen:

Tipos de liderazgo empresarial

1. Liderazgo autocrático

El liderazgo autocrático es el tipo de liderazgo clásico que se lleva a cabo en las empresas tradicionales. El líder autocrático es el que manda y se espera que los trabajadores se sometan a todas las órdenes superiores sin chistar.

En este tipo de liderazgo no se consideran las opiniones o disconformidad de ningún trabajador. Los empleados solo deben acatar las órdenes superiores.

Su principal beneficio es que facilita la toma de decisiones, pues la responsabilidad le corresponde a una sola persona. Pero como ya mencionamos, es el liderazgo con más efectos negativos sobre los empleados, sobre todo a nivel de estrés y confianza.

2. Liderazgo democrático o participativo

El liderazgo democrático es todo lo contrario al autocrático. Aun cuando la decisión recae sobre una sola persona, el líder democrático le da relevancia a la opinión de su equipo de trabajo antes de tomar una decisión.

La premisa de este liderazgo es promover la participación y colaboración de los trabajadores. Por eso, tiende a mejorar el trabajo en equipo, el desarrollo de nuevas habilidades, la comunicación interna y decisiones más efectivas.

Además, los trabajadores se sienten valorados cuando sus opiniones son tomadas en cuenta al momento de tomar decisiones importantes. Por eso, es uno de los modelos de liderazgo que mayor motivación produce sobre los empleados.

3. Liderazgo Laissez-Faire o delegativo

También conocido como liderazgo delegativo, el liderazgo Laissez-Faire (Dejar hacer) se caracteriza por una enorme confianza en las capacidades de cada empleado.

Los líderes Laissez-Faire le dan completa libertad a sus trabajadores para que realicen las tareas de la manera más práctica posible y como mejor saben hacerlo. Este tipo de líder no presta tanta atención a los procedimientos, sino a los resultados. Es el liderazgo perfecto para equipos de trabajo con experiencia y con capacidad de iniciativa.

Esto no significa que se mantengan “por completo al margen”. Cada vez que sea necesario, orientan y aconsejan a los equipos de trabajo para aumentar la calidad de los resultados.

4. Liderazgo transformacional

Se llama liderazgo transformacional porque tiene como objetivo transformar a los empleados influyendo de manera positiva en sus motivaciones y compromisos.

Esto lo hace fomentando la creatividad y aumentando la participación de los empleados en proyectos más complejos. Es decir, aumenta los desafíos y retos a los cuales se enfrentan los trabajadores para que aumenten sus capacidades profesionales.

Es un liderazgo que es capaz de afrontar desafíos y motiva a los empleados a sacar todo su potencial. Sin embargo, su principal riesgo es generalizar las exigencias y no tomar en cuenta la curva de aprendizaje de cada empleado en particular.

5. Liderazgo transaccional

El liderazgo transaccional es aquel que ofrece incentivos (principalmente económicos) por el buen desempeño o por el logro de ciertos objetivos en un periodo de tiempo particular.

Este tipo de liderazgo es un win-win: por un lado, el trabajador recibe beneficios económicos por su buen desempeño y, por otro lado, el líder optimiza el rendimiento de los empleados y logra alcanzar los objetivos en el tiempo estimado.

Tomemos como ejemplo un departamento de ventas. En este caso, el líder puede ofrecer bonificaciones o porcentajes de ganancia por cada venta realizada. El resultado es que cada empleado se sentirá motivado a vender más productos.

Ser un líder transaccional aumenta la satisfacción, motivación y fidelidad de los empleados. Además, incrementa la productividad y hace que el clima laboral sea más agradable.

Sin embargo, tiene sus riesgos y que cuando los incentivos no existen, las motivaciones de los empleados disminuyen y la calidad de los servicios también.

Además, algunos empleados pueden tomar medios fraudulentos o descuidar otras áreas del servicio con tal de obtener el incentivo.

6. Liderazgo estilo entrenador o tipo coaching

Se le llama liderazgo tipo entrenador porque al igual que un entrenador deportivo es capaz de identificar las fortalezas y debilidades de cada miembro del equipo. Su premisa es que la retroalimentación y el feedback son el secreto del crecimiento y desempeño profesional.

Su énfasis principal está en el crecimiento profesional de cada uno de los empleados de forma individual.

El trabajo en equipo es otra de las fortalezas de este tipo de liderazgo. Porque suele escoger profesionales con diferentes habilidades o experiencias para complementarse entre sí.

Bajo la premisa de crecimiento, el líder entrenador asigna tareas “nuevas” en las cuales los miembros del equipo puedan entrenarse y aumentar su experiencia.

7. Liderazgo burocrático

La principal característica del líder burocrático es que prioriza las normas y prácticas estandarizadas de la empresa. Para él, la burocracia impuesta por la compañía debe ser respetada y seguida por todos.

A diferencia del líder autocrático, el líder burocrático sí está dispuesto a escuchar las recomendaciones de sus empleados, siempre y cuando no entren en conflicto con las normativas de la organización.

Las empresas que quieren mantener normativas y estándares suelen utilizar este tipo de liderazgo. En especial, cuando la organización se encuentra en un estado de emergencia económico o cuando hay mucho dinero en juego.

Sin embargo, como punto negativo es que limita la creatividad y está cerrada a cambios que pueden mejorar de manera notable el desarrollo de la empresa, la calidad de los servicios y la productividad de los trabajadores.

Beneficios de escoger el liderazgo adecuado para tu empresa

Implementar un liderazgo exitoso tiene muchos beneficios para tu compañía. Existen por lo menos 8 beneficios:

1. Motiva a los empleados

Un buen líder escucha a sus empleados: es capaz de empatizar con ellos y motivarlos a ser mejores profesionales.

Este apoyo fortalece la confianza de los trabajadores y aumenta su nivel de satisfacción laboral. Lo que tiene un impacto bastante positivo en el desempeño y productividad de todos los trabajadores.

2. Aumenta el rendimiento y la productividad de los empleados

La motivación y la influencia que generan los buenos líderes tiene un impacto positivo en la productividad de los trabajadores.

Un buen liderazgo empresarial motiva y aumenta las aspiraciones profesionales y la confianza de los trabajadores para realizar sus propios trabajos. Al tener menos estrés, los trabajadores tienen un mayor rendimiento.

3. Permite alcanzar los objetivos

El liderazgo efectivo transmite con claridad los objetivos que se deben alcanzar en un periodo de tiempo. Pero también influye de manera positiva en cada empleado de manera particular para que estos sean capaces de cumplir con los objetivos planteados.

4. Mejora el clima laboral de la empresa

La principal desventaja de los modelos tradicionales es que generan mucho estrés en los ambientes de trabajo. Y como resultado, los empleados suelen tener conflictos entre sí y mucha dificultad para relacionarse y trabajar en equipo.

De hecho, es por esa misma razón por la que este tipo de empresas suele tener una alta rotación de empleados: el grado de malestar generado por el clima laboral negativo termina disminuyendo el deseo de trabajar y de permanecer en la empresa de muchos trabajadores.

Por eso, implementar un liderazgo más humano, como el liderazgo democrático, puede acabar con todas las tensiones que existen en el clima laboral.

5. Mejora la capacidad para resolver conflictos

Un buen líder ve los errores y problemas como oportunidades para hacer crecer a los equipos de trabajo. En vez de regañar o menospreciar a los trabajadores, les muestra cómo solucionar de manera efectiva ciertos problemas que se presentan en el flujo de trabajo.

Adicionalmente, fortalece la confianza de los miembros del equipo para expresar sus dudas o sus puntos de vista sin miedo a recibir represalias o a ser menospreciados.

6. Motiva el trabajo en equipo

Los líderes empresariales tienen la tarea de organizar los equipos de trabajo y delegar las tareas conforme al puesto de trabajo y necesidades de cada empleado.

A través de la empatía y el respeto, el líder unifica a los equipos de trabajo para que sean más efectivos.

7. Potencia las fortalezas y mejora las debilidades de los empleados

El líder efectivo es capaz de detectar las fortalezas de sus trabajadores. Y por tanto, hace lo posible para delegar trabajos en los cuales los empleados puedan desplegar todo su potencial.

También es empático y paciente con las debilidades guiando y motivando a cada uno para que sean mejores profesionales.

8. Mejora la imagen interna y externa de la empresa

Los trabajadores que tienen líderes humanos, efectivos y preocupados por ellos; suelen tener una mejor imagen de su compañía. Su satisfacción y su fidelidad a la organización tiende a ser mayor.

Externamente, también mejora la competitividad de la organización: los mejores talentos se sientan más atraídos por organizaciones con líderes empresariales más modernos y eficaces. Esto puede ser algo que contribuya de forma muy positiva al posicionamiento de la marca empleadora.

Estos son los tipos de liderazgo más populares hoy día.

Recuerda que no tienes que estar atado a ningún tipo de liderazgo en particular. Todos los buenos líderes pasan de un perfil a otro a través de toda su carrera laboral.

Es parte de tu crecimiento como líder.

Lo importante es que determines qué tipo de liderazgo necesita tu empresa en la actualidad y cuál podría ser más beneficioso para la estructura organizacional que mantiene tu empresa.

Esperamos que este artículo te haya sido de mucha utilidad. Si te ha gustado, no olvides compartirlo.

¡El mundo necesita más líderes y menos jefes!